- Tras el reciente retorno a clases de un gran número de colegios del país, la multinacional de tecnología líder en fabricación de vehículos de nueva energía invita a las instituciones educativas a considerar migrar su flota de rutas escolares a movilidad eléctrica, en concordancia con sus objetivos de sostenibilidad.
- Al ser 100% eléctricos, se evitan las emisiones de gases nocivos y material particulado tanto al medio ambiente como al interior de los vehículos utilizados por los alumnos.
- BYD también convoca al sector educativo a unir fuerzas para desplegar en conjunto una estrategia de pedagogía que derribe los mitos en torno a la movilidad sostenible, y construir así un futuro más ecológico para las próximas generaciones.
Reconocida en Colombia por tener la flota más grande de buses eléctricos por fuera de China en una sola ciudad, BYD, multinacional de tecnología y líder en fabricación de vehículos de nueva energía, extiende su portafolio de productos al servicio de transporte escolar para el mercado nacional.
Con más de 1.470 unidades operando para Transmilenio en Bogotá, y casi un centenar en los sistemas masivos de Medellín y Cali, la marca ha demostrado que la movilidad eléctrica está a la altura para responder a los desafíos de los sistemas de transporte público más retadores y complejos del país y de la región.
Con esta experiencia como respaldo, BYD lanza su oferta de movilidad sostenible al sector privado, específicamente al nicho del transporte escolar, para convertirse en el aliado de las instituciones educativas cuyos planes de sostenibilidad estén en sintonía con el mejoramiento de la salud pública y la lucha contra la contaminación ambiental en diferentes ciudades del país.
“BYD posee una gran variedad de modelos de buses y chasis eléctricos para carrozar localmente. En Colombia, a lo largo de más de 10 años de presencia en el país, hemos demostrado nuestro compromiso con la transición energética y el cuidado del medio ambiente, ofreciendo estas soluciones para una movilidad de cero emisiones de CO2 a la atmósfera”, afirma Juan Luis Mesa, gerente general de BYD Colombia.
En ese orden de ideas, los modelos que la multinacional ofrece al mercado colombiano para el transporte escolar son buses y chasis para las tipologías buseta (7-8m, 19 a 29 pasajeros sentados), busetón (9m, 30 a 35 pasajeros sentados), padrón (12m, 36 a 40 pasajeros sentados).
Dichos buses cuentan con las baterías de hierro fosfato patentadas por BYD que proporcionan una vida útil de más de 6.000 ciclos de carga que pueden alcanzar más de 15 años de trabajo y las cuales son reutilizables en otras aplicaciones. Además, cuentan con las certificaciones exigidas por las normas internacionales de seguridad para la protección a los usuarios, siendo este los mayores fabricantes que mantiene uno de los mejores desempeños por seguridad.
“Es por esto que los planteles educativos de Colombia pueden estar confiados en que nuestra tecnología de movilidad eléctrica garantiza 100% la seguridad tanto en el traslado de sus alumnos como en el cuidado de la calidad del aire tanto al exterior como al interior de los vehículos, pues al ser eléctricos no generan emisiones de gases nocivos que aspiran los estudiantes”, añade Lara Zhang, gerente regional de BYD.
Estas unidades, además de sus beneficios para la salud pública y el ambiente, cuentan con lo más avanzado en tecnología con puertos USB, aire acondicionado, sistemas de video vigilancia y seguridad (STS), sistemas de ayuda al manejo (cámaras y sensores) y seguridad activa y pasiva (control de tracción y control de arranque en pendiente).
Estos buses 100% eléctricos y de cero emisiones e inmisiones contaminantes, ofrecen los más altos estándares de tecnología limpia, eco- eficiente e innovadora en el transporte de pasajeros en el país. “Es así como contribuimos a la salud pública, ya que estas unidades no producen material particulado nocivo que pueda ser aspirado por los estudiantes inclusive al interior, lo cual evita afectaciones respiratorias que puedan ser más proclives a presentarse con las emisiones de los vehículos a combustión”, añade la directiva.
Con esta oferta, BYD también invita a este sector a unirse a su meta global de enfriar la Tierra en un grado centígrado. Solo con las más de 1.500 unidades que circulan en el país, se ahorran anualmente 94.200 toneladas de emisiones de CO2 a la atmósfera.
La apuesta por un futuro ecológico
“La movilidad eléctrica es una realidad que llegó para quedarse. Cada vez más vemos como las decisiones de sectores institucionales y corporativos están alineadas a alcanzar altas metas de sostenibilidad, eficiencia energética, reducción en las emisiones de material particulado nocivo para la salud tanto al medio ambiente como al interior de los vehículos”, expone Juan Luis Mesa, gerente general de BYD Colombia.
“Creemos que es en conjunto con el sector educativo que debemos reforzar las estrategias de pedagogía que le permitan a la sociedad obtener un verdadero conocimiento más real de las realidades y los mitos en torno a la movilidad eléctrica, y así lograr un futuro más verde y limpio para las nuevas generaciones”, añade Mesa.
La marca asegura que los nuevos modelos de chasis y buses eléctricos que pondrán a disposición a partir del próximo año, contarán con la tecnología de sus baterías Blade (cuchilla por su traducción al español) en hierro fosfato, las cuáles gozan de una alta densidad energética que reduce el peso y el volumen para mejor distribución y localización en los vehículos, que redunda en menores costos de mantenimiento y conveniencia en la operación por las vías particulares del país.
Expectativas
En cuanto a expectativas de ventas, la compañía espera que, al finalizar este año, las ventas en este segmento y de chasis para estas tipologías se encuentre alrededor del 10% de los ingresos de la compañía, considerando la fuerte apuesta que están realizando en vehículos para transporte de carga y para transporte público individual de taxis, entre otros.
BYD también ya incursionó en el nicho de Transporte Especial entregando algunas unidades para compañías que van desde cajas de compensación pasando por operadoras de transporte en refinerías de petróleo hasta operaciones empresariales en las zonas industriales del Valle de Aburrá.